El gesto arquitectónico como equilibrio entre lo funcional y lo simbólico

   Cuando hablamos de arquitectura solemos pensar en edificios y estructuras estéticas, pero en realidad no es solo una construcción, sino una manera de reflejar tanto la funcionalidad y la utilidad como la cultura y lo simbólico. El gesto arquitectónico es una forma de responder a nuestras necesidades básicas, como resguardarnos y darnos comodidad. Al mismo tiempo, es un lenguaje que nos permite expresar sentimientos, tradiciones, cultura y hasta espiritualidad. En el documento pude ver imágenes que van desde relojes de sol, estructuras alineadas con el sol, hasta las ideas de Platón, Aristóteles y Newton, lo que me hizo pensar que la arquitectura siempre ha estado conectada con el tiempo, la ciencia y la filosofía. Por eso, creo que la arquitectura vive en un balance constante entre lo útil y lo expresivo, y justamente ahí es donde se encuentra su esencia.

   La primera forma en la que entiendo el gesto arquitectónico es desde lo funcional y científico. La arquitectura responde a leyes físicas, igual que los niveles de la realidad que mencionaba el texto: desde lo material hasta lo vital y lo mental. Cuando pienso en esto, me doy cuenta de que muchas construcciones buscan orden y utilidad: una casa diseñada para que alguien viva cómodo, un reloj que mide el tiempo gracias al sol o una estructura que se mantiene en pie por las leyes de la gravedad. Todo esto me demuestra que la arquitectura no es un invento al azar, sino una manera de aplicar la ciencia al servicio de la vida. En ese sentido, veo la arquitectura como un medio práctico que hace posible que el ser humano pueda sobrevivir y organizarse en sociedad.

   La segunda manera de entender el gesto arquitectónico es desde lo simbólico y cultural. En el documento aparecían cosas como astrolabios islámicos, alineaciones solares, jeroglíficos e imágenes de indígenas, y ahí entendí que la arquitectura también es memoria y comunicación. No se trata solo de protegernos de la lluvia o el sol, sino también de expresar creencias, espiritualidad e identidad cultural. Creo que por eso muchas construcciones antiguas todavía nos impresionan, ya que no solo eran útiles, también tenían un significado que iba más allá de su función. 

   En conclusión, no puedo ver la arquitectura solo como utilidad ni solo como arte, porque es una mezcla de las dos cosas. El documento me hizo darme cuenta de que la arquitectura conecta la ciencia, la filosofía, la cultura y la espiritualidad en un mismo gesto. Ese gesto arquitectónico permite que podamos habitar de una manera completa: no solo ocupando un espacio, sino también interpretándolo y dándole un sentido. Me parece que ese es el poder de la arquitectura: crear lugares que se usan, pero que también se sienten y se recuerdan. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexion sobre BARAKA - Jorge Alicea Ayala

La arquitectura como reflejo de la identidad cultural en Baraka

Diseñar más allá de lo estético