Lo simple también puede ser hermoso

   Con el tiempo, la forma de ver la arquitectura ha cambiado bastante. Antes, la gente pensaba que mientras más detalles tuviera un edificio, más bello se veía. Pero hoy en día muchas personas creen que lo simple también puede ser hermoso, sin necesidad de tantos detalles. Aun así, los adornos siguen teniendo su valor, porque pueden tener un significado, representar emociones o contar una historia. Por lo que pienso que, la belleza de la arquitectura no está en lo que se le añade, sino en lo que logra mostrar o transmitir.

   Lo simple también puede ser hermoso, aunque no tenga tantos detalles. Antes se pensaba que mientras más detalles tuviera un edificio, más bello sería, pero algunos arquitectos como Le Corbusier y Ludwig Mies van der Rohe demostraron que no siempre es así. Ellos empezaron a crear estructuras más limpias y sencillas, sin cosas innecesarias, y aun así lograron que se vieran elegantes. Esto mostró que la belleza no depende tanto de los detalles, sino de cómo se usa el espacio, la luz y la forma para transmitir una buena sensación.

   Los adornos o detalles también pueden tener un propósito más allá de simplemente embellecer. Por ejemplo, el arquitecto Antoni Gaudí, usaba colores, texturas y figuras para mostrar la fe y la naturaleza en sus trabajos. Sus detalles, además de ser decorativos, tienen un significado emocional y espiritual. Otro ejemplo de esto es el escenario de Bad Bunny en su concierto, que incluyó un elemento arquitectónico para conectar con la identidad y los recuerdos del público. 

   En conclusión, la arquitectura no necesita estar llena de adornos o detalles para ser hermosa. Puede ser simple o detallada, pero lo importante es que tenga un propósito y logre transmitir algo a las personas. A veces, una estructura sencilla puede causar la misma emoción que una llena de detalles. Por eso pienso que la belleza está en lo que una obra expresa y en cómo hace sentir a las personas, no en cuántas cosas tenga encima.n cuántas cosas tenga encima.